Si te das una vuelta por redes sociales como Facebook e Instagram podrás encontrar que hay un centenar de personas ofreciendo algún producto o servicio. De pronto has notado que les va bien, y todo lo que publican obtiene muchos “likes”, comentarios y varias promesas de compra. Es en ese preciso momento que te preguntas: ¿y yo por qué no hago lo mismo?
Tal vez no sea del todo descabellado, las redes sociales son gratis, y solo tendrás que invertir tiempo para hacer buenas fotos y publicar contenido. De hecho, las redes sociales son importantes para hacerle publicidad a tu negocio. Son un medio para dar a conocer tus productos o servicios y crear una audiencia que se pudiera interesar en ellos, y por esto son importante en cualquier estrategia digital. Pero no es lo único que vas a necesitar. ¿y eso por qué?.
Es un hecho de que las redes sociales funcionan de maravilla para vender algunas cosas. Hay productos que son novedosos y no son muy conocidos y puede que para estos los motores de búsqueda no sean los indicados, su reproducción en redes sociales puede ser más efectiva en llegarle a una audiencia mayor.
Pero en el caso de que tu empresa venda productos que se están buscando por una audiencia con más frecuencia, es de carácter vital contar con una página web y una presencia web mucho más consolidada. Si no tienes una buena página con un SEO bien trabajado, no vas a aparecer en los primeros lugares de búsqueda. Con lo que seguro vas a perder muchas oportunidades de venta. Por otro lado no podrás aprovechar bien las posibilidades de hacer publicidad por medio de SEM y Google Adwords, lo que podría frenar el crecimiento de tu negocio.
Si vamos un poco más a profundidad, las redes sociales tienen una desventaja importante con respecto a los buscadores: están más desconectadas de los momentos de venta. Las redes sociales tratan más de generar discusión y compartir contenido para que los usuarios puedan disfrutar mientras que los motores de búsqueda funcionan mejor para apuntarle a la audiencia que tiene una necesidad inmediata y están en búsqueda constante de lo que ofreces.
Conseguir más “fans” o seguidores en tus redes sociales va a hacer que tu marca y tus productos se conozcan más. Pero solo una página web bien indexada en Google va a lograr mostrarle tu producto a las personas que lo quieren comprar, justo en el momento en el que lo están buscando.
Las redes sociales ofrecen pocas posibilidades de personalizar, en muchos casos lo más que puedes hacer es publicar una foto y algo de texto. No podrás poner mejores opciones de entrega, tiempos, dimensiones o cualquier otro detalle importante que les permita a tus clientes potenciales obtener exactamente lo que están buscando.
Por otro lado, el servicio al cliente es totalmente manual. Tendrás que atender uno por uno a tus clientes, con pocas opciones de contar con respuestas preestablecidas o de darle seguimiento a cada caso de una manera más profesional. Si tus ventas aumentan de forma exponencial, esta manera de comunicarse se vuelve insostenible.
Tal vez la desventaja más grande de las redes sociales frente a una página web es que por medio de las redes no puedes implementar los pagos en línea de manera confiable y profesional. Esto implica un esfuerzo extra de parte del cliente para adquirir un producto y por consiguiente se presta para problemas, ya que el hecho de tener que encontrar una manera manual para pagarte es tedioso y muchos clientes ante tal esfuerzo deciden más bien cancelar la compra antes de tener que ir hasta un banco para poder concretar la transacción.
Es complicado hacer promociones, como también lo es ofrecer cupones y mucho más obtener información de tus clientes cómo lo permitiría un sitio web. Esto último es fundamental para cualquier empresa que tenga un canal de ventas en línea: saber cómo llega la gente a tus productos y cuánto tiempo pasan en tu página web te permite tomar decisiones mucho más estratégicas para tu empresa. Este tipo de información no la vas a poder encontrar en una página de Facebook y mucho menos en tu perfil de Instagram.
Si eres una persona que quiere generar unos ingresos extras a parte de su trabajo full time, una página de Facebook puede serte de gran ayuda ya que no requiere mayor inversión ni esfuerzo. Pero en el caso de una empresa consolidada, que le dedica a su negocio todo su tiempo y esfuerzo, contar solo con las redes sociales como único canal de ventas le resta mucha seriedad.
En el primer caso hablamos de la persona que trae algún tipo de producto del exterior como lo puede ser relojes y los vende entre sus contactos y gente que por “x” o “y” razón los ubico en redes sociales. Para este tipo de negocios, no está mal solo usarlas. Pero si hablamos de una tienda más consolidada, con un nombre y que desea vender unos volúmenes importantes, proyectar una imagen atractiva y profesional a sus clientes, lo mínimo que debe tener en el mundo de la internet es una tienda en línea con todas las opciones de compra, pago, envío y una identidad de marca bien definida.
Pero ¿qué elementos debe tener esta página web? Lo primero es un dominio propio (.com), que te ayude a tener un buen posicionamiento en los motores de búsqueda y unifique toda tu imagen, tus correos electrónicos y tu presencia en la web. Un diseño atractivo, fácil de navegar y que haga que tus productos y servicios sean el centro de atención de los usuarios. Un chatbox de servicio al cliente que te permita atender las inquietudes de tus usuarios ante cualquier eventualidad. Y, cómo no, unas redes sociales que acompañen tu estrategia de marketing.
Todos aspiramos a que nuestras empresas crezcan, así que vas a necesitar tu propia página web. ¿Por qué no comenzar con esa tarea de una vez? En BlueTide Web Consulting estamos dispuestos a ayudarte en todo lo que necesitas para que comiences con tu página web. Da clic aquí para obtener más información.